El peque­ño prin­ci­pa­do se encla­va en los Piri­neos, al nor­te de Espa­ña y al sur de Fran­cia. Con más de dos­cien­tos kiló­me­tros de pis­tas de esquí y nie­ve blan­ca no es de extra­ñar que cuan­do lle­ga la tem­po­ra­da de nie­ve, Ando­rra sea el des­tino per­fec­to para una esca­pa­da de esquí a pocas horas de casa. Todo un paraí­so para quien gus­te de prac­ti­car depor­tes de invierno y hacer com­pras.

Con el invierno lle­gan las pri­me­ras neva­das. Las lade­ras de las mon­ta­ñas se cubren de una espe­sa capa de nie­ve blan­ca, bien mulli­da y espe­cial­men­te apre­cia­da por los aman­tes del esquí y del snow­board, que en Ando­rra encuen­tran el lugar per­fec­to para la prác­ti­ca de estos depor­tes, con más de tres mil hec­tá­reas dedi­ca­das al depor­te de la nie­ve y 264 kiló­me­tros de pis­tas esquia­bles.

Ando­rra es un des­tino ase­qui­ble para unas vaca­cio­nes en la nie­ve si la com­pra­mos con otros cen­tros turís­ti­cos de invierno en el cen­tro de Euro­pa. El prin­ci­pa­do tam­bién atrae a los aman­tes de las com­pras por los bajos pre­cios libres de impues­tos en sus más de 1.600 tien­das. Ade­más, Ando­rra es uno de los más peque­ños y anti­guos paí­ses del Vie­jo Con­ti­nen­te, con pai­sa­jes abso­lu­ta­men­te imper­di­bles para los aman­tes de la mon­ta­ña.

Pistas de esquí para todos los gustos

Las esta­cio­nes de esquí de Ando­rra, que suman más de 3.075 hec­tá­reas, son el gran atrac­ti­vo de este peque­ño país, lo que supo­ne la mayor super­fi­cie esquia­ba del sur de Euro­pa. Una de las más cono­ci­das es Grand­va­li­ra.

Y es que Hablar de esquí en Ando­rra, es hablar de Grand­va­li­ra, la esta­ción de esquí más gran­de de los Piri­neos. Con más de 100 pis­tas de esquí para todos los nive­les y la posi­bi­li­dad de reci­bir cla­ses para apren­der a esquiar, no pue­des per­der­te una de las mejo­res ofer­tas en Ando­rra. Reser­va ya tu esca­pa­da de esquí a un des­tino úni­co y dis­fru­tas de unas inol­vi­da­bles vaca­cio­nes en la nie­ve.

Esquí en Andorra Grandvalira

La esta­ción de esquí de Grand­va­li­ra se encuen­tra 12 kiló­me­tros al nor­te de Ando­rra la Vella, la capi­tal del prin­ci­pa­do. Dis­po­ne de pis­tas para todos los nive­les, diver­sos cen­tros de apren­di­za­je y sitios don­de alqui­lar de equi­pos para esquiar.

Pas de la Casa es uno de los luga­res don­de se rea­li­zan habi­tual­men­te even­tos depor­ti­vos y com­pe­ti­cio­nes de esquí de alto nivel, al igual que en Sol­deu – El Tar­ter, que aco­ge­rá en febre­ro una prue­ba de la Copa del Mun­do de Esquí Alpino 2016. En esta últi­ma pis­ta abun­dan las pen­dien­tes de incli­na­ción media que favo­re­cen lar­gos des­cen­sos. Aquí tam­bién encon­tra­rás un cono­ci­do snow­park don­de aman­tes de sal­tos y pirue­tas podrán dar rien­da suel­ta a su pasión.

Ade­más de todo esto, si te gus­ta dis­fru­tar de una expe­rien­cia com­ple­ta en la nie­ve, Grand­va­li­ra te ofre­ce la posi­bi­li­dad de rea­li­zar muchas otras excur­sio­nes. ¿Por qué no expe­ri­men­tar un paseo en tri­neo tira­do por perros o un vue­lo en para­pen­te? Y si quie­res hacer algo más ori­gi­nal, inclu­so exis­te un hotel hecho de hie­lo, el Grand­va­li­ra Igloo Hotel, don­de podrás sen­tir la expe­rien­cia de vivir como un esqui­mal.

Pero más allá de las pis­tas de esquí, Ando­rra tie­ne mucho más que ofre­cer al visi­tan­te. El país es cono­ci­do por sus par­ques natu­ra­les como el Par­que Natu­ral Comu­nal de los Valles de Coma­pe­dro­sa, don­de se alza el pico más alto del país, de 2.942 metros. En Sant Kuliá de Lòria está el par­que Natur­lan­dia, que tie­ne como gran atrac­ción es el Tobo­tronc, el mayor tobo­gán alpino del mun­do. Se tra­ta de un tri­neo para dos per­so­nas que des­cien­de mon­ta­ña aba­jo sobre unos carri­les que atra­vie­san el bos­que Rabas­sa.

El paraíso de las compras, ofertas en Andorra

Ando­rra es tam­bién cono­ci­da por ser un paraí­so fis­cal y un ver­da­de­ro cen­tro comer­cial a cie­lo abier­to. Con más de 1.600 tien­das, es el lugar ideal para los aman­tes de las com­pras, que vie­nen aquí en bus­ca de equi­pos elec­tró­ni­cos, taba­co o para reno­var el arma­rio apro­ve­chan­do los bue­nos pre­cios. Ape­nas lle­gues al prin­ci­pa­do, pue­des diri­gir­te a la Ofi­ci­na de Turis­mo para pedir un mapa dedi­ca­do de la zona comer­cial. Pue­des pen­sar que se tra­ta de algo exce­si­vo, pero no es así. Debi­do a que hay tan­tas opcio­nes con­cen­tra­das en una ciu­dad tan peque­ña, se hace real­men­te difí­cil esco­ger por dón­de empe­zar. En Ando­rra la Vella, la mayo­ría de las tien­das las encon­tra­rás cer­ca de las avin­gu­das Meritxell y Car­le­many, una zona que se pue­de reco­rrer per­fec­ta­men­te a pie.

Pero ade­más del esquí y las com­pras, Ando­rra tam­bién pre­su­me de museos que mere­ce la pena visi­tar. Y hay museos de todo un poco: del auto­mó­vil, de la moto­ci­cle­ta, del taba­co, del per­fu­me, de las minia­tu­ras impo­si­bles,… En el cen­tro his­tó­ri­co se encuen­tra la Casa Cris­to, don­de pue­des cono­cer cómo vivían, dor­mían, coci­nan y pasa­ban su tiem­po los habi­tan­tes de Ando­rra anti­gua­men­te.

Comer mal en Ando­rra es difí­cil. Vale la pena visi­tar Molí dels Fanals, un molino que tam­bién es res­tau­ran­te y don­de las rece­tas tra­di­cio­na­les se com­bi­nan con opcio­nes más ima­gi­na­ti­vas. Mon­ta­ña arri­ba se halla Cheese’s Art, en la zona de Arca­lís de Vall­nord, a más de 2.000 metros de altu­ra. Aquí pue­des comer diver­sos tipos de fon­due de car­ne, de que­so y de cho­co­la­te, todo ello por un pre­cio ase­qui­ble.

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Ima­gen: Esquí en Ando­rra. Remon­te y pis­tas de esquí en la esta­ción de Grand­va­li­ra. · Grand­va­li­ra