Descubrir Escocia, una escapada con personalidad propia

Si Es­co­cia ya te­nía su­fi­cien­tes ma­ra­vi­llas pa­ra ver en un cor­to via­je, hay mu­chas otras más co­sas que ver ocul­tas a los ojos del vi­si­tan­te y que po­drás des­cu­brir en una es­ca­pa­da a Es­co­cia: su ex­tra­or­di­na­ria cul­tu­ra y sus gen­tes que es­pe­ran a los tu­ris­tas que quie­ren dis­fru­tar de una Es­co­cia en­vuel­ta por un ha­lo muy es­pe­cial.

Es­co­cia tie­ne per­so­na­li­dad pro­pia: con­ser­va la gai­ta co­mo uno de los ico­nos más des­ta­ca­dos de la cul­tu­ra es­co­ce­sa, se si­gue ju­gan­do a las ac­ti­vi­da­des tra­di­cio­na­les que ha­ce al­gu­nos si­glos em­pren­dían los an­ti­guos hom­bres de los cla­nes, Hi­gland Ga­mes, y oca­sio­nal­men­te se uti­li­za el kilt o fal­da tra­di­cio­nal es­co­ce­sa, eso sí, adap­ta­do a los nue­vos te­ji­dos y gustos.

¡No, no me he ol­vi­da­do del whisky! Ha­blar de Es­co­cia es ha­blar del whisky es­co­cés. Si pre­gun­tá­se­mos a va­rias per­so­nas qué es lo que más co­no­cen de Es­co­cia, se­gu­ro que nos di­rán que el whisky o whis­key (que sig­ni­fi­ca «agua de la vi­da»). El whisky es­co­cés sur­gió en Es­co­cia pa­ra apro­ve­char la ce­ba­da hú­me­da, y hoy en día es una de las prin­ci­pa­les in­dus­trias del país, no en vano, en las 100 des­ti­le­rías que se re­par­ten por to­da Es­co­cia se ela­bo­ran los dis­tin­tos ti­pos de whisky: de mal­ta, de grano y de mezcla.

El whisky que se fa­bri­ca en Es­co­cia, be­bi­da al­cohó­li­ca ori­gi­na­da a par­tir de la des­ti­la­ción de la mal­ta fer­men­ta­da, ade­re­za siem­pre una agra­da­ble con­ver­sa­ción y la mú­si­ca cel­ta, con el pro­fun­do y pe­cu­liar so­ni­do de las gai­tas es­co­ce­sas, ha­ce evo­car a va­lien­tes con fal­das a cua­dros que su­pie­ron lu­char he­roi­ca­men­te por su país, Escocia.

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